¿Por qué 1991 es un año tan importante para la música?

Tengo la teoría de que 1991 fue el año más importante para la música alternativa de la década de los 90, y es que fue precisamente en este año cuando se publicaron 3 importantísimos álbumes, los cuales, cada uno a su manera, dejaron una profundóisima huella. Estas obras son Spiderland de Slint, Loveless de My Bloody Valentine y Nevermind de Nirvana. A continuación quiero explicar cuáles son mis razones para lanzar tal afirmación.

Spiderland

Spiderland, segundo y último LP de una banda de adolescentes provenientes de Kentucky, es un álbum importante en muchos sentidos. Con estructuras melódicas no convencionales y una clara influencia de punk, el álbum allanó el camino para que géneros como el post-rock y el math rock nacieran. Además, fueron pioneros al interpretar las líricas de una forma más bien hablada, creando el mismo efecto de sentido que una canción (un poema) de Patti Smith o Lydia Lunch.

Spiderland es pura emoción, y para darse cuenta de ello basta con escuchar la primera canción del disco, Breadcrumb Trail pieza cuya voz lírica habla de un joven que se enamora de una adivina, reflejando en los cambios de ritmo de la canción los mismos cambios en los sentimientos del protagonista. Habrá quienes afirmen que los muchachos de Slint también pusieron las bases para que bandas emo como American Football o Cap’n Jazz existieran. Yo soy uno de ellos.

Loveless

Que si llevó a la quiebra a Creation Records, que si Kevin Shields se sintió abrumado por no poder volver a producir un disco así, que si My Bloody lo dijo todo con su ruido y después de ellos solo hemos visto copias filtradas por el shoegaze: mucho se ha dicho de Loveless y poco hay que pueda añadir yo al respecto. Eso sí: es innegable que esta leyenda es esencial para entender buena parte del rock alternativo de los 90s, e incluso, parte de la escena actual, pues el shoegaze es un género en el que no se ha dejado de trabajar prácticamente desde su nacimiento.

Su influencia se dejó sentir no solo en la Europa occidental: viajó al oriente del viejo continente y permitió el nacimiento de bandas como The Ecstasy of Saint Theresa, Borax o Pinkshinyultrablast; viajó a América, dejándose ver en agrupaciones como Soda Stereo (escuchen Dynamo, por favor), Mellonta Tauta, Swirlies, Lilys, Drop Nineteens, ¡viajó hasta Asia, influenciando bandas como Shonen Knife, Coaltar of the Deepers o Manic Sheep!

Que quede claro: este álbum es un gigante que se ha montado encima de otros gigantes, como The Jesus and Mary Chain o Cocteau Twins. Pero pese a las deudas que tiene con estas camadas de músicos, My Bloody Valentine pudo crearse una identidad propia y dar voz a los sentimientos de muchos adolescentes anhelantes de ruido puro y duro.

Nevermind

De los tres álbumes mencionados en este listado, seguramente es Nevermind el más popular. Contenedor de la infame y repetida hasta el cansancio Smells Like Teen Spirit, este álbum llevó, para bien o para mal, el punk a las masas. Ya sé, ya sé: “piri si isi ni is pink, is gringi”, da igual, es lo mismo, nació de un iracundo, sensible y enfermizo joven que escuchaba a Scratch Acid y Young Marble Giants como un poseso.

Cuando hablo de punk, me refiero a que llevó el espíritu del punk a las masas. Nirvana era para el público una mezcla de The Bleatles y Sex Pistols: endiabladamente populares y asombrosamente ruidosos. No solo fijaron en el imaginario popular las camisas de leñador y las botas de obrero como estética noventera, con su música, que llegó a cada rincón del mundo, despertaron el espíritu de cientos de miles de confundidos adolescentes. ¡Pero es que si hasta In Bloom, uno de los sencillos de este disco, es una parodia de esta situación!